Si llego a saber que me cortarían las alas y tendría que ser cuadrada, me hubiera quedado allá, en mi zona de confort, donde nadie me decía que no, donde todo era felicidad a mi alrededor. Si llego a saber que llovería en verano y también en mi interior, me hubiera ido lejos a un mundo mejor. Y son tantos los remordimientos que mejor sería volar en el tiempo, retroceder, dar marcha atrás... ¿Arrepentirse? Jamás. No se puede deshacer lo andado, ni destronar lo que ha sido colocado en un camino que ya dura años. Solo queda respirar profundamente y seguir caminando, y seguir nadando incluso contra corriente. DBQ.
Oda a la literatura y a cada palabra.