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Mostrando entradas de 2019

Motor romantizado

Sobre una hoja de papel dibujé mi motor romantizado, ese que no cesa de vibrar, que me permite vivir y soñar. Con la clásica tinta negra preparé la más real evidencia de lo que por dentro ya había florecido, de lo que ya estaba vivo, más que vivo. Con un bolígrafo firmé la llama de un fuego sincero que no quema, sino que siente y quiere, que quiere y ama. Esbocé un corazón, supongo que un típico órgano conocido por muchos, por todos. Decoré sus bordes, entendí su contenido: pinté lo más sentido, escribí sobre lo pintado. Quise mostrarte el resultado, te llamé y nos hablamos, te lo conté y nos enamoramos, nos reímos: esto venía del pasado. DBQ.

Pecado

Pecado capital fue mirarte y coincidir con tu sonrisa. Tres avemarías y cien años de misa serían mi penitencia. Con gusto acudiría a rezar durante todos los días de mi vida, cualquier cosa con tal de haber visto esa caprichosa y perfecta sonrisa. Comencé a flagelar mis sentires y se convirtió en una santa costumbre. La lectura del evangelio abría el ritual; entonando "amén" decía adiós. Los sermones entraban y salían, paseaban sin remilgos por mis oídos, pero dejaron de tener sentido, dejé de querer oírlos. Sabía que tanta oración no sería la cura para mi ya diagnosticada locura; sabía que volvería a pecar si en mi camino te volvías a cruzar. Apareciste sin previo aviso, sonreíste como un ingenuo y yo quise morir por miedo a viajar al infierno. DBQ. 🔥

Eres.

Eres lo contrario a ordinario, el antónimo de simple y la antítesis de normal. Por ello te pienso de lunes a viernes, de sol a luna, y los fines de semana. Eres mar en calma, sinónimo de alma, comparación de paz. Por ello te canto en mi casa, sin que lo sepas, de noche y por la mañana. Eres la perfecta aliteración de complejo, la dilogía del bien y del mal, del cielo y del infierno. Por ello supongo que algo siento,  ¿te quiero? Te quiero. Eres el epíteto más bello, una hipérbole feliz y la mejor ironía de la vida. DBQ.

Recuerdos

Estaba ilusionada, eso era evidente. Pero, a la vez, tenía miedo y dos dedos de frente. Su mueca era alegre, aunque escondía una alegría melancólica y parcial. Algo le decía que las cosas no iban tan bien como a ella le hubiera gustado que fueran... - A veces no es necesario que digan "adiós", así, con palabras - dijo ella. - A veces una mirada, un silencio o una ausencia son más que suficiente para saber cuándo es el momento de recoger tus cosas y dar media vuelta. Aguardó sentada a la respuesta que sus oídos querían escuchar: un "no te vayas", un "quédate un poco más". Pero nunca sucedió. Se puso en pie, sacudió sus pantalones vaqueros y se colocó el borde inferior de la camiseta que llevaba puesta. Con una sonrisa amarga en sus labios, cogió su bolso con una mano y, con la otra, se despidió con el mismo silencio con el que le había pedido que se fuera. Comenzó a caminar en dirección opuesta, en la dirección contraria a la que había tenido en su me

Tal vez...

Tal vez un sueño, una ilusión, un pensamiento fugaz deseando dormir para que pueda ser más real. Tal vez tú, tal vez yo, tal vez un nuevo "érase una vez" sin previsión de "fin". Digo tal vez porque no sé, no sé si tengo un presentimiento, o miedo, o una mera ilusión. Por eso tal vez sea un sueño o un pensamiento fugaz, o nada, sin más. A ratos, cuando puedo, te pienso y te veo cerca hablando de estrellas y de velas de vainilla, lavanda o cereza. A ratos, cuando puedo, recuerdo que dos risas pueden ser una, que un cruce de miradas puede ser mortal y que esa muerte puede generar vida. Pero tal vez sea solo un sueño, una ilusión, un pensamiento fugaz deseando dormir para que pueda ser más real. DBQ.

Quisiera ser piano

Quisiera ser piano. Quisiera tener teclas blancas, negras, más grandes unas y más pequeñas las otras y poder sonar de manera armoniosa cada día y a cada hora. Quisiera que de mí salieran las chispas necesarias para adormecer y calmar a las bestias y animar a los artistas que se están dejando dormir y morir sobre cualquier colchón. Quisiera ser paz. Quisiera ser alma. Quisiera ser el punto de encuentro de dos enamorados, de dos ilusos apasionados que se sonríen en secreto y no se atreven a mediar una sola palabra. Quisiera demasiado, pero es de noche, se acerca la hora de cerrar los ojos y sé que en sueños cualquier cosa es posible. También sueño con convertirme en esa silla simple, sencilla, sin más, que soporta el peso del talento. Daría lo que fuera ahora y dentro de mil años por ser testigo de tristezas y alegrías que no sean solo mías. Quisiera que me confiaran sus pesares, sus angustias y sus proezas. Lo deseo con todas mis fuerzas. Las fuerzas propias de un piano descono

Me voy

Y, de pronto, mis manos son alas. Vuelo sobre teclas y sobre algunas letras. Vuelo en mi interior y más allá de la ventana de mi habitación. Me voy lejos. No sé si volveré. Espero no hacerlo. Tinta negra artificial y un toque de melancolía son el punte perfecto hacia... Hacia donde yo decida ir. Aún desconozco mi destino, pero sé que llegaré algún día y no me arrepentiré de haber perdido a lo largo del camino. Perder o ganar, ¿esa es la cuestión? Sacrificar o acomodar, ¿tiene sentido? Preguntas hay miles, respuestas... Ninguna. El caso es que ahora vuelo, me libero, me tomo la licencia de hablar... De hablarme. No habrá oído que sepa escuchar ni boca que sepa qué palabra pronunciar, y tampoco hay responsable de dicha desdicha. A pesar de todo, el mundo negro está anclado en mi cabeza, solo en este caos que llevo como bandera. DBQ.