Juguemos a las cartas
en una tarde de verano,
de esas que son silenciosas
donde solo el mar y la arena
se estremecen bajo el ocaso.
Juguemos con el colorido balón
en la plaza más cercana,
donde haya gente pendiente
de cada patada, pase y jugada,
donde cada segundo sea una gota
de ese sudor frío y exitoso.
Juguemos a los cromos variopintos
en el suelo de cualquier ciudad,
aunque ellos quieran huir con el viento
y ganar siempre con técnica
y, sobre todo, mucho talento.
Juguemos a aprender las capitales
de todo el mundo nuevo;
a la vez recordaremos lo que fue
y lo que existió en su momento.
Juguemos mientras reímos en un karaoke
y olvidamos la letra del indudable himno
que marcó tantas infancias,
juventudes
y generaciones olvidadas.
Juguemos a conocernos hablando
con calma y sin vergüenza,
lejos de esas pantallas que esclavizan
y retienen mentes y, también, vidas.
🔃 🔃 🔃 🔃 🔃
DBQ.
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